Historia
Amante de la estética kitsch, Marina se define como una “hackeadora de pongos”, transformando figuritas de porcelana de segunda mano en poderosas herramientas de empoderamiento. A través de su proyecto “Lovjects”, da nueva vida a estas estatuas rebeldes, convirtiéndolas en objetos activistas que lanzan mensajes provocativos y críticos, utilizando la objetología y el hackeo como medios para resignificar lo cotidiano y lo descartado, esta reutilización de objetos plantea una revolución visual que mezcla lo antiguo y tradicional en contraste, a lo contemporáneo.
Sus creaciones exploran la crítica social, el erotismo y el humor, transformando piezas pasivas y frágiles en bombas activas que desafían estereotipos y cuestionan la realidad. Cada obra, llena de brillo, color y provocación, se convierte en una declaración política que desafía las
nociones tradicionales de valor y estética, rescatando y reinterpretando la cultura popular. Tras haber creado la icónica “Tetamundi” para Rigoberta Bandini, Marina sigue explorando la creación de imaginarios visuales en su proyecto artístico e investigando a través de su doctorado
sobre hackeo de objetos e iconografía pop.
Esta Madre de Pongos, se considera minimalísticamente-barroca, le encantan los retos creativos para entrenar sus rubias neuronas, reivindica la magia de lo cotidiano, hace el amor a cada pieza y celebra la belleza de las segundas oportunidades con una pizca de brilli brilli.